Los tres primeros años de vida son cruciales en el desarrollo del niño. En este periodo aprende a mantenerse en pie y a caminar o a sentarse adecuadamente, a interactuar con los demás, a comunicarse y a desarrollar las habilidades cognitivas básicas. Obviamente el niño no logra estos avances por sí sólo, lo hace con ayuda de sus padres.
Más adelante para continuar su desarrollo, el niño necesitará incorporarse a la Escuela, un espacio en el que no sólo encontrará a profesionales que le educarán, sino que también podrán interactuar con niños de su edad. Este nuevo entorno estimula otras capacidades, no solo a nivel cognitivo sino también social y emocional.
Lamentablemente aún hay padres que se cuestionan la eficacia de la Escuela Infantil y piensan que se trata de un sitio en el que los niños solo se divierten y donde comentan las probabilidades de enfermar. Sin embargo se debe puntualizar, que los beneficios que aporta la Escuela Infantil sobrepasan con creces, cualquier desventaja que se le pueda achacar.
¿Por qué debes llevar a tu hijo a la Escuela Infantil?
Es cierto que en la Escuela, el niño pasará gran parte del día jugando, pero no se trata de un juego cualquiera, como el que puede desarrollar en casa, sino de juegos educativos que potencian sus habilidades motoras y estimula su desarrollo psicológico y social. De hecho, durante sus primeros años de vida, el juego es la principal fuente de aprendizaje y la mejor vía para descubrir el mundo.
Las principales ventajas de acudir a la Escuela son:
- Crea nuevos espacios de interacción con los niños de su misma edad y con grupo contemporáneos que potencian su desarrollo.
- Estimula la comunicación verbal y no verbal a través del juego y otras actividades grupales.
- Fortalece los vínculos afectivos con las personas y estimula la empatía, haciendo que el niño abandone el egocentrismo típico de los primeros años de vida.
- Contribuye al logro de la independencia y la autonomía infantil, así como a la formación de hábitos de vida bien estructurados.
- Estimula el autocontrol emocional y la asertividad en la resolución de conflictos, de hecho en la Escuela es el lugar donde crece la semilla de la Inteligencia Emocional.
- Fortalece la autoestima y la autoconfianza del niño, a medida que se envuelve más independiente y adquiere nuevos aprendizajes.
- Desarrolla las habilidades motoras finas fundamentalmente a través de los juegos y dibujos, además también estimula la coordinación motora gruesa a partir de aquellos juegos que involucran las habilidades físicas.
- Enseña al niño las normas básicas de convivencia y de respeto hacia los demás, así como las reglas y los límites que deben cumplir.
- Desarrolla su creatividad e imaginación fundamentalmente a través de los cuentos y los juegos de roles.
- Favorece el desarrollo del lenguaje y la adquisición de palabras nuevas que amplían considerablemente el vocabulario del niño.
- Potencia la adquisición de habilidades cognitivas complejas y estimula el desarrollo del pensamiento.
Vale aclarar, que es normal que tengas dudas y que en tu afán de proteger a tu hijo, quieras postergar en la medida de lo posible la separación, pero recuerda, que tarde o temprano tendrá que entrar en la Escuela. Lo que un niño puede hacer hoy con ayuda, será capaz de hacerlo por sí mismo mañana. «Lev Vygotsky»
Araceli Güemes Martínez