La interacción educador-alumno

Estas palabras se las dirijo a todos aquellos que han sido, son y serán mis alumnos en el patio de la escuela, en la clase, en talleres.

Creo que ser profesor, maestro, educador, instructor, tiene como el ying y el yang, una cara luminosa y otra oscura. En la vida casi todo es así; no hay nada tan malo que no tenga algo bueno y al revés, el yin y el yang de la vida … Lo que importa es que estamos conscientes de todo, luces y sombras, para que nada nos tome desprevenidos.

Cuando me paro delante de ti y veo tu rostro expectante, quiero de alguna manera, por pequeña que sea, la posibilidad de que cambies tu futuro en el presente y evites actitudes conformistas y cómodas que muchas veces asumimos en nuestra vida.

Estoy contigo por un lapso de tiempo bastante corto y sé que no puedo hacer mucho. Pero estoy segura que puedo depositar un grano de arena y que algún día crezca y se multiplique para hacer de tu vida algo mucho mejor de lo que ya es.

Desde mi experiencia: sueña, cree en ti mismo, tú encierras un tesoro de capacidades, valores, talentos y un ilimitado número de recursos que tienes a tu disposición. La vida está en tus manos, también tu futuro. Lucha por un mundo mejor. Cree en tus sueños y anhelos y lucha por ellos, hazlos realidad y verás el resplandor de un mañana mejor.

Me quiero apoyar en una historia corta que dice:

«Un pájaro herido, no puede volar». «Un pájaro que se aferra a la rama de un árbol, tampoco». Pero el que escucha la voz de su especie, sabrá que está hecho para volar. Y su destino lo encontrará enfrentando los desafíos del vuelo

Estás hecho para la libertad, para diseñar tu propio camino y así avanzar por la vida construyendo puentes que permitan alcanzar las metas y objetivos trazados. A mí me has dejado mucha abundancia cuando me encuentro contigo, me has dejado tu alegría, tus risas, tus miradas, tus gestos, tus angustias y también tus lágrimas; todas esas emociones y sentimientos quedan muy bien guardados en mi corazón, que son como pequeñas estrellas que iluminan mis pensamientos, cuando sé que esta será, tal vez, la última oportunidad de verte y me embarga un sentimiento de tristeza.

Te doy las gracias por dejarme ser otra página de tu historia y que desde este momento, forma parte de nuestra historia en común.

¡¡Hasta pronto!! Os deseo FELICIDAD. “TE LO MERECES”.

 

Araceli Güemes Martínez

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